Decantador de vino: cómo elegirlo y sacarle el máximo provecho

¿Alguna vez te has quedado mirando una botella de vino y te has preguntado si necesitas un decantador? La verdad es que no es un lujo, es una herramienta que mejora el aroma y el sabor, sobre todo en vinos jóvenes o con sedimento. Aquí te explico de forma sencilla qué buscar y cómo usarlo sin complicaciones.

Tipos de decantadores y sus diferencias

En el mercado existen tres estilos principales: el clásico de forma de lágrima, el de balón redondo y el de vaso angosto. El de lágrima permite una buena superficie de contacto con el aire, ideal para tintos robustos. El balón redondo ofrece mayor exposición, perfecto para vinos con mucho carácter. El vaso angosto reduce la oxidación, útil para blancos y rosados delicados. Elige según el tipo de vino que sueles beber.

Cómo usar el decantador paso a paso

Primero, limpia el decantador con agua tibia y sécalo sin detergentes para no dejar residuos. Abre la botella y, si lleva corcho, elimínalo con cuidado. Vierte el vino lentamente, girando la botella para que el líquido cubra toda la superficie. Si hay sedimento, detén el vertido cuando veas que el fondo se vuelve más oscuro. Deja que el vino respire entre 15 y 30 minutos y ya está listo para servir.

Un truco rápido: si no tienes tiempo, agita suavemente el decantador después de llenar. No necesitas moverlo como si fuera cóctel; basta con una ligera rotación para que el oxígeno entre y haga su trabajo. Después de este minuto de movimiento, espera unos minutos y sirve.

¿Te preocupa el tamaño? No compres el más grande si vas a servir solo unas copas. Un decantador de 1‑1,5 litros es suficiente para 4‑6 personas. Además, los modelos de cristal fino ocupan menos espacio y son más fáciles de limpiar que los de vidrio grueso.

Para mantener tu decantador como nuevo, límpialo después de cada uso con agua tibia y un paño suave. Evita el lavavajillas; el choque térmico puede romper el cristal. Si notas manchas, un poco de vinagre blanco diluido ayuda a devolverle la claridad.

En definitiva, el decantador no es solo un objeto de decoración, es una pieza que transforma la experiencia de beber vino. Con la elección correcta y unos simples pasos, podrás realzar sabores y aromas en cualquier ocasión, desde una cena íntima hasta una reunión con amigos.