Vasos para cócteles largos: tipos, usos y qué buscar al comprar

Los vasos para cócteles largos, recipientes diseñados específicamente para bebidas con mucho hielo y refrescos, como el gin tonic o el mojito. También conocidos como vasos highball o vasos collins, son esenciales en cualquier bar, ya sea profesional o de casa. No son solo vasos grandes: su forma alargada, el borde ancho y la base sólida están pensados para mantener el hielo frío más tiempo y permitir que los sabores se mezclen sin ahogarse en líquido.

Si has notado que un gin tonic sabe mejor en cierto vaso, no es casualidad. Un vaso highball, típico para bebidas con gaseosa y mucho hielo suele tener entre 240 y 350 ml, ideal para mezclas como el rum y coca o el vodka tónica. Por otro lado, el vaso collins, más alto y estrecho, con capacidad de 300 a 400 ml, se usa para cócteles como el Tom Collins o el Long Island Iced Tea, donde el hielo se derrite lentamente y el sabor se mantiene equilibrado. La diferencia no es solo de tamaño: el ancho del borde afecta cómo percibes los aromas, y la altura permite que las burbujas suban sin perderse.

Al elegirlos, fíjate en el grosor del cristal: demasiado fino y se rompen con un golpe; demasiado grueso y no se siente elegante. Muchos vasos de plástico duro que parecen vidrio —como los de policarbonato o PETG— se usan en eventos al aire libre, pero para casa o un bar serio, el cristal sin plomo sigue siendo el rey: transparente, ligero y con un sonido claro al tocarlo. No necesitas una colección enorme, pero sí unos pocos vasos bien hechos que te duren años.

Si buscas un vaso que no se calienta con la mano, que no se empañe enseguida y que no se quiebre con el hielo, estás buscando calidad, no cantidad. Y si alguna vez has servido un cóctel largo en una copa de vino y te ha salido un desastre, ya sabes por qué estos vasos existen. Aquí encontrarás guías prácticas sobre cómo elegirlos, cómo limpiarlos sin rayarlos, qué materiales evitar y cómo usarlos para que cada bebida se sienta como debe.