¿Cuántas onzas tiene el vaso número 8? Guía completa de medidas y usos
julio 3, 2025 publicado por Maricruz Belmonte
Un vaso número 8. Así de simple suena. Pero alguna vez te has preguntado exactamente cuántas onzas caben en ese vaso tan común que encuentras en casi cualquier hogar, restaurante o cafetería? Aquí va un dato que suele sorprender: el vaso número 8, ese que siempre anda rondando en las casas de las abuelas, típicamente tiene una capacidad de 8 onzas, es decir, unos 240 mililitros. Parece lógico, ¿no? Número 8, 8 onzas. Pero si te lanzas a comparar marcas y estilos, la historia se complica rápido. Desde recuerdos de cumpleaños infantiles hasta recetas precisas de cocina, la capacidad del vaso número 8 ha generado más debate y confusión de lo que imaginas.
¿Por qué se llama vaso número 8 y cuántas onzas tiene realmente?
El nombre "vaso número 8" no es ningún accidente ni una simple ocurrencia de fábrica. Su origen se remonta a una época en la que las medidas estándar facilitaban la vida, sobre todo para la producción en masa y la organización en la cocina. ¿Pero por qué 8? Bueno, en muchos contextos, y especialmente en países latinoamericanos como México o Chile, se le llama vaso número 8 al recipiente que tiene capacidad para 8 onzas líquidas, lo que resulta en 240 mililitros redondeando. Este estándar ayuda a las familias a seguir recetas, a los bares a dosificar tragos, y a las cafeterías a servir la porción justa de jugo o leche.
Ahora, aquí viene la magia (y el caos): no todos los vasos número 8 son idénticos. Si alguna vez has comprado vasos en tiendas de bajo coste o de marcas internacionales, puede que hayas notado variaciones pequeñas, de medio centímetro o un poco más en la altura. Eso en la práctica modifica el aforo, y es que algunos fabricantes miden el volumen hasta el tope, mientras que otros consideran solo el nivel "útil", es decir, el que normalmente se llena sin arriesgar un derrame al más mínimo temblor de mano.
¿Por qué esto importa? Porque cuando preparas un batido para los niños antes de que se vayan al colegio, o sigues esa receta de postre que pide un vaso de leche, esas diferencias pueden alterar el resultado final más de lo que uno espera. Hay familias que heredan vasos y, bueno, se crean tradiciones propias en torno a cuánto líquido se considera “un vaso”.
En lugares donde las normas de metrología son estrictas, los vasos número 8 suelen ser homogéneos y se fabrican según reglas internacionales. En la siguiente tabla puedes echar un vistazo a cómo se distribuyen las capacidades de los modelos más comunes de vaso número 8, dependiendo de la marca y el país:
País | Capacidad declarada | Capacidad útil | Material más común |
---|---|---|---|
México | 240 ml | 225 ml | Vidrio prensado |
España | 250 ml | 230 ml | Vidrio templado |
Chile | 240 ml | 220 ml | Plástico duro |
Argentina | 230 ml | 215 ml | Vidrio liso |
Poca gente lleva la cuenta a la hora de llenar un vaso, pero cuando hay niños (como mis rebeldes Lucio e Isidora), la precisión importa: la abuelita se obsesiona con medirles la leche para que no les falte y no les sobre. Y en más de una familia, el vaso número 8 termina siendo el referencia para dosificar porciones de jugos, agua, batidos, e incluso postres fríos como gelatina o arroz con leche.

Dónde y cómo se usa el vaso número 8: curiosidades y situaciones cotidianas
El vaso número 8 es una especie de moneda universal en el día a día. Es ese vaso que te sirve igual para un simple vaso de agua. Es curioso, porque uno suele pensar que los vasos se coleccionan por estética o a lo mucho por tamaño, pero el vaso número 8 es práctico incluso en restaurantes elegantes de Madrid, en botequines santiaguinos, y, por supuesto, en las casas de millones de familias.
No todo el mundo lo usa igual, claro. El vaso número 8 es casi un comodín. ¿Sabías que en cafeterías y bares responsables de no desperdiciar insumos, este vaso se usa para estandarizar las porciones de cócteles sin alcohol y jugos naturales? Equivale a la "media ración" en muchos menús ejecutivos, y en los coles, es el vaso reglamentario para servir leche o jugo en las colaciones diarias.
En la cocina, el vaso número 8 es el héroe anónimo de muchísimas recetas. Cuando las abuelas dictan – con esa autoridad inapelable - "un vaso de leche", se refieren a este. Si lo cambiamos por una taza de té, puede que la textura de un bizcocho o una salsa quede distinta. Ni hablar de las recetas que importamos de otros lugares, donde las medidas en onzas norteamericanas pueden despistar hasta a una cocinera experimentada.
¿Y en la mesa? En reuniones familiares, fiestas de cumpleaños y hasta en un desayuno cualquiera, el vaso número 8 aparece casi sin que lo notes. Lucio, que es fan de los jugos naranja, prefiere este vaso porque "es ni mucho ni poco". Es un tamaño que los niños dominan fácilmente sin riesgos de accidentes, ni de quedarse con sed ni de dejar la mitad.
- Para adultos, un vaso número 8 es ideal para una ración ligera de cerveza artesanal, agua mineral o combinados suaves.
- En la repostería casera, suele sustituir a la balanza cuando mides ingredientes líquidos, porque su relación onzas-mililitros es la más clara.
- En dietas y programas de nutrición, el vaso número 8 es la referencia estándar para contabilizar tomas de agua diarias. Suele recomendarse beber entre 6 y 8 vasos número 8 de agua al día, justo porque así no hay margen de error ni confusión.
- Muchos envases de medicamentos líquidos, sobre todo los pediátricos, usan el vaso número 8 como referencia para diluciones o tomas.
En algunos países latinoamericanos, el vaso número 8 también es el elegido para hacer los clásicos "vasitos de gelatina" en cumpleaños infantiles; permite raciones individuales y visualmente agradables. Y, como dato curioso, en situaciones de emergencia, como apagones o falta de agua corriente, este vaso se vuelve el estándar para repartir y racionar agua entre los miembros de la familia.

¿Conviene comprar vasos número 8? Factores clave y consejos prácticos
El mercado hoy en día ofrece tantas opciones de vasos que elegir parece trivial, pero no lo es. Si tienes niños pequeños (como yo), probablemente te decantas por vasos número 8 de plástico duro, casi irrompibles, que sobreviven caídas y fiestas en el césped. Para fiestas elegantes o cenas familiares importantes, los de vidrio templado lucen mucho más y no alteran el sabor de las bebidas (sí, esto pasa; el plástico puede cambiar el sabor del agua).
Un truco: a la hora de comprar, revisa la medida "útil" o "hasta la línea" que aparece grabada o impresa en la base. Eso te da seguridad de que no vas a quedarte corta ni pasarte en el volumen al servir. En comercios online, algunos vendedores usan la expresión “Vaso 8oz / 240 ml”, pero confirma en las imágenes que esa capacidad se mantenga “hasta el borde” o hasta la marca habitual.
Y si te importan aspectos ecológicos, investiga los materiales. Los de vidrio son lo más sostenible en el largo plazo (duran más, no retienen olores, y puedes reciclarlos si se rompen), pero los de plástico reutilizable también tienen su lugar para evitar accidentes en patios, piscinas o terrazas. Si buscas vasos número 8 para eventos grandes y no quieres lavar un ejército de vasos, hay opciones biodegradables de caña de azúcar o polipropileno compostable.
No olvides que el diseño influye en la experiencia de uso: hay vasos número 8 realmente bonitos, con relieves, colores o frases motivacionales para niños. Algunas marcas conocidas en España y América Latina son Duralex, Luminarc y Crisa para vidrio, o Tupperware para plástico pesado. La durabilidad es clave: un buen vaso número 8 debe aguantar cientos de pasadas por el lavavajillas sin perder forma ni transparencia.
En cuanto a precios, el rango es amplio. Los de vidrio nacional pueden costar desde 1,5 euros la unidad comprando en pack, mientras que los importados o de diseñador suben a 3-4 euros fácilmente. Los de plástico duro bien hechos suelen valer entre 0,80 y 1,30 euros cada uno.
- Si organizas eventos, prevé al menos dos vasos número 8 por persona. Así, nadie se queda sin vaso en mitad de la fiesta por olvidarlos en las mesas.
- Pide siempre vasos apilables si tienes espacio limitado. Los típicos vasos número 8 encajan perfectos unos dentro de otros, ahorrándote dolores de cabeza al ordenar la cocina.
- ¿Tienes niños revoltosos? Busca modelos con base antideslizante; evitan accidentes y manchas innecesarias.
- Y si vas al camping o picnic, prioriza los modelos de polipropileno reutilizable: pesan poco, resisten golpes y se lavan rápido.
En el mundo real, el vaso número 8 es más que una medida estándar. Es casi un código cotidiano, de esos detalles que atraviesan generaciones y culturas. Sirve para cuidar la salud, para compartir, para educar a los chicos y hasta para aliviar discusiones sobre "qué vaso le tocaba a quién" en la mesa. Así que la próxima vez que abras tu alacena y agarres “ese vaso”, ahora ya sabes exactamente qué capacidad tienes entre manos y por qué su tamaño importa más de lo que parece.
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