Medicamentos infantiles: cómo usarlos con seguridad

Cuando hablamos de medicamentos para niños, lo primero que surge es la preocupación por la seguridad. Los pequeños no son adultos en miniatura, así que no siempre podemos darles cualquier medicamento sin más. Por eso, entender qué medicinas son adecuadas, cómo administrarlas y cómo almacenarlas correctamente es esencial para proteger su salud.

Muchas veces, los padres tienen dudas sobre qué fármacos pueden usar sin riesgo o cómo interpretar las dosis indicadas en los envases. Además, hay riesgos reales si no desechamos bien los medicamentos caducados o sobrantes, ya que podrían causar daños al medio ambiente o incluso intoxicaciones accidentales.

¿Cómo saber qué medicamento es seguro para tu hijo?

Lo primero es consultar siempre con un pediatra antes de dar cualquier medicamento, incluso los que parecen inofensivos como el paracetamol o el ibuprofeno. La dosis debe calcularse según el peso y la edad del niño, nunca a ojo. También hay que respetar las indicaciones del prospecto y en caso de dudas, preguntar al especialista.

Evita automedicar a los niños o repetir tratamientos anteriores sin supervisión médica. No todos los síntomas necesitan medicina, a veces es mejor esperar y observar. Por ejemplo, para un resfriado común, muchas veces solo se requieren cuidados como hidratación y descanso.

Desecha medicamentos infantiles caducados o sobrantes de manera responsable

No tires nunca los medicamentos a la basura común o por el desagüe. Estos residuos pueden contaminar ríos, afectar la vida silvestre y acabar en nuestra cadena alimentaria. Infórmate en tu farmacia más cercana sobre puntos de recogida para medicinas usadas o vencidas.

Si tienes medicamentos para niños que ya no usas o están caducados, ponlos en bolsas selladas y llévalos a esos puntos especiales. Así ayudas a proteger el planeta y evitas que otros niños puedan acceder a medicinas peligrosas sin supervisión.

Recuerda que cuidar la salud infantil es mucho más que solo dar medicamentos. La prevención, consulta médica y un manejo responsable de los fármacos son clave para evitar problemas y asegurar que nuestros hijos crezcan sanos y seguros.