Trabajador por encargo: guía práctica para entender y usar este modelo

Si alguna vez has escuchado la expresión “trabajador por encargo” y no sabes bien de qué va, estás en el sitio correcto. Aquí te explico en lenguaje sencillo qué significa, qué derechos tienes y cómo manejarlo sin complicaciones.

¿Qué implica ser un trabajador por encargo?

Un trabajador por encargo es alguien que presta sus servicios de forma puntual, sin estar vinculado a una relación laboral indefinida. En vez de un contrato fijo, se firma un acuerdo por cada proyecto o tarea. Es parecido al freelance, pero la diferencia principal está en la estructura del contrato: el encargo suele definir claramente el objetivo, el plazo y la remuneración.

Este modelo se usa mucho en sectores como el diseño, la redacción, la programación o la organización de eventos. La empresa o cliente paga por el resultado, no por las horas trabajadas, y el profesional tiene libertad para organizar su tiempo.

Consejos para contratar o trabajar bajo encargo

1. Define bien el encargo. Escribe qué se espera, los entregables, la fecha de entrega y el precio. Cuanto más claro sea el acuerdo, menos malentendidos tendrás después.

2. Asegura el pago. Puedes pedir un anticipo del 30-50 % antes de iniciar. Indica la forma de pago (transferencia, PayPal, etc.) y el plazo para el saldo final.

3. Conoce tus derechos. Aunque no haya un contrato de obra permanente, la legislación española reconoce la necesidad de cubrir la Seguridad Social y la retención de IRPF cuando corresponder. Infórmate o consulta a un gestor para no quedar en la calle.

4. Usa contratos escritos. Un documento firmado protege a ambas partes. Puedes usar plantillas gratuitas y adaptarlas a tu caso.

5. Lleva un registro de tus trabajos. Anota fechas, clientes, precios y horas invertidas. Así tendrás datos para cotizar futuros encargos y para la declaración de impuestos.

Si eres el que contrata, verifica el portfolio del profesional, pide referencias y clarifica cómo se gestionarán posibles revisiones. Si eres el que ofrece el servicio, muestra ejemplos de trabajos anteriores y explica tu proceso para que el cliente sepa qué esperar.

En resumen, el trabajador por encargo disfruta de flexibilidad y de la posibilidad de variar sus proyectos, pero también necesita organización y claridad contractual. Con estos pasos evitarás sorpresas y podrás centrarte en lo que mejor sabes hacer: entregar un buen resultado.