Cómo distinguir entre vidrio y cristal: guía práctica y pruebas caseras
Aprende a reconocer las diferencias entre vidrio y cristal con pruebas simples, conoce sus propiedades químicas y físicas, y elige la pieza adecuada para cada ocasión.
El vidrio está en casi todas nuestras mesas: vasos de agua, copas de vino, botellas y hasta decoraciones. Pero no todos los vidrios son iguales y saber distinguirlos puede ahorrarte roturas y dinero. En esta guía te explico, sin complicaciones, los tipos más comunes, cuándo conviene el vidrio y cómo mantenerlo como nuevo.
El vidrio básico, el que encontramos en vasos de uso diario, es resistente pero pesado. Se fabrica con arena, sosa y cal y, al enfriarse, forma una pieza transparente y dura. Si buscas algo ligero para eventos al aire libre, los vasos de vidrio templado son la mejor opción: el proceso de templado los hace hasta cinco veces más fuertes que el vidrio regular y, si se rompe, se desintegra en trozos pequeños que no cortan.
Para copas de vino y licor, muchos prefieren el cristal. El cristal contiene óxido de plomo o bario, lo que le da mayor brillo y un sonido más nítido al chocar. Además, su mayor densidad permite formas más finas sin perder resistencia. Si lo que buscas es elegancia en la cena, el cristal es la elección, aunque requiere más cuidado.
Otro segmento importante es el vidrio “falso” o imitación de cristal. Se trata de policarbonato o vidrio sin plomo que imita el aspecto del cristal pero cuesta menos. Es ideal para locales con mucho movimiento, como bares o restaurantes, porque resiste golpes y arañazos mejor que el cristal tradicional.
El primer paso para que tus vasos y copas duren es lavarlos bien. Usa agua tibia y detergente neutro; evita la lejía, que puede dañar el acabado. Para eliminar manchas difíciles, remoja la pieza en agua con un poco de bicarbonato y enjuaga bien.
Secar con un paño suave evita marcas de agua. Si tienes cristales finos, ponlos boca abajo sobre una toalla para que no se rellenen de polvo. Cuando guardes copas, manténlas en posición vertical y separadas por un paño para que no se golpeen entre sí.
Si notas un rayón, no intentes pulirlo con objetos duros. En su lugar, usa una pasta de bicarbonato y agua, frota suavemente con un paño de microfibra y enjuaga. Para pulir el brillo de una copa de cristal, un poco de vinagre blanco diluido ayuda a devolverle el lustre sin rayar la superficie.
Recuerda que el vidrio y el cristal reaccionan a cambios bruscos de temperatura. No metas copas calientes directamente a agua fría y viceversa; eso puede provocar microfracturas que luego se hacen visibles.
Con estos consejos sabrás cuándo elegir vidrio templado, cristal o imitación de cristal y cómo mantener cada pieza en buen estado. Así, tus vasos y copas seguirán luciendo como el primer día, ya sea para una cena familiar o una fiesta con amigos.
Aprende a reconocer las diferencias entre vidrio y cristal con pruebas simples, conoce sus propiedades químicas y físicas, y elige la pieza adecuada para cada ocasión.