Cómo desechar medicamentos caducados sin dañar el medio ambiente

Cómo desechar medicamentos caducados sin dañar el medio ambiente

julio 15, 2025 publicado por Maricruz Belmonte

No parece gran cosa: abres el botiquín, ves una caja de pastillas olvidada y la tiras sin pensar a la basura. O peor, al inodoro. Pero esa pequeña acción está cebando una bomba silenciosa. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en España se generan unas 3.300 toneladas de residuos farmacéuticos cada año. ¿A dónde va tanto medicamento caducado? Pues, en muchos casos, termina en vertederos o, peor aún, en ríos y mares. ¿Te imaginas un litro de agua del grifo con restos de antibióticos? Puede sonar exagerado, pero no está tan lejos de la realidad.

El gran problema de los medicamentos en el entorno

La contaminación por fármacos es uno de esos problemas que pasa desapercibido. No tiene el dramatismo de un vertido de petróleo ni el colorido de los plásticos flotando, pero es igual de dañina. Un estudio de la Universidad de York (2022) analizó ríos de 104 países—encontró que el 43% presentaba restos de medicamentos detectables, desde analgésicos hasta hormonas y antibióticos. El ciclo es perverso: los medicamentos acaban en aguas residuales tras su uso o por malas prácticas al desecharse. Como las depuradoras no siempre logran eliminarlos por completo, estos compuestos llegan de vuelta a nuestro entorno.

¿Qué efectos puede tener esto? Bastantes, y ninguno bueno. Muchos medicamentos afectan a la fauna acuática: los peces expuestos a anticonceptivos pueden cambiar de sexo; los anfibios sufren malformaciones; los antibióticos crean bacterias más resistentes. Incluso hay reportes de peces con ansiolíticos en su sistema, alterando su comportamiento natural. Todo esto genera ecosistemas menos saludables y, por si fuera poco, puede llegar a la cadena alimenticia.

España es pionera en el tema del reciclaje de fármacos. El sistema SIGRE, que encontrarás en cualquier farmacia, es el encargado de recoger medicamentos y envases caducados. Eso sí, sigue habiendo muchísimo despiste y mala costumbre. Según datos de SIGRE, en 2024 recogieron cerca de 5.000 toneladas, pero una encuesta mostró que tres de cada diez personas siguen tirando algo por el lavabo o la basura convencional. Y si pensamos en la cantidad de residuos que supone esto en una provincia como León, la cifra no es nada desdeñable.

Pero el problema no acaba ahí. Los envases y blísteres de pastillas, aunque vengan con sus propias indicaciones de reciclaje, muchas veces acaban mezclados con residuos incorrectos. Esto solo agrava el ciclo del despilfarro y la contaminación. Mientras que en otros países europeos el proceso de devolución de medicamentos es opcional y poco conocido, aquí se intenta ponerlo fácil. La pregunta es: ¿lo estamos aprovechando?

“El mal uso y desecho de medicamentos puede tener efectos en la salud pública y en la biodiversidad acuática que apenas empezamos a comprender en profundidad”, señala la doctora Elvira López, de la Universidad de Santiago de Compostela.

Para que te hagas una idea rápida de la magnitud, aquí tienes una tabla con datos recogidos entre 2023 y 2024:

AñoToneladas recogidas por SIGRE% hogares que usan puntos SIGRE
20234.70069%
20245.00072%

A pesar del avance, esos porcentajes siguen dejando mucho margen de mejora, sobre todo si queremos cuidar de nuestro entorno de verdad.

¿Qué hacer con los medicamentos caducados en casa?

¿Qué hacer con los medicamentos caducados en casa?

La respuesta rápida: llévalos al punto SIGRE de tu farmacia, siempre, sin excepción. Pero vayamos más allá. Es fácil acumular medicamentos en casa, sobre todo si tenemos tratamientos de corta duración, antibióticos que sobran o simples analgésicos que reponemos cuando cae el primer resfriado del año. ¿Quién no tiene un par de botes olvidados al fondo del cajón?

La clave está en revisar el botiquín al menos dos veces al año, como recomiendan los farmacéuticos. Al revisar, separa:

  • Pastillas caducadas o sin blíster original
  • Cremas, jarabes o colirios que hayan cambiado de color, huelen raro o están abiertos desde hace más de 6 meses
  • Envases vacíos o con restos (sobres, blíster, jeringas, cajas)

Guarda todo en una bolsa y lleva el paquete a la farmacia más cercana. Allí verás el contenedor blanco y verde del SIGRE: no te cortes, ese es su destino. Nada de dejar nada en la basura común ni por el retrete. Esto ayuda a evitar filtraciones a los acuíferos, ya que el ciclo del agua no es perfecto y existen sustancias que la depuración no retira—como ciertos químicos presentes en antidepresivos y antibióticos.

¿Y qué pasa con los envases de cartón o prospectos? También al SIGRE, aunque, si están completamente limpios y vacíos, puedes meterlos en el contenedor azul, pero mejor no complicarse: todo al punto SIGRE y te aseguras. El sistema que usan para tratar estos residuos implica una primera destrucción segura y controlada en incineradoras especiales, nada como la basura ordinaria.

Un dato curioso: los medicamentos que se llevan al SIGRE no se reutilizan ni se donan, por seguridad. El objetivo es minimizar riesgos, proteger la salud y de paso cuidar el planeta. La ciencia es clara: los principios activos duran un tiempo, pero pueden volverse peligrosos después de la fecha de caducidad. No es cuestión de caridad, sino de sentido común.

En casa, evita usar cajas improvisadas o bolsas de plástico para almacenar medicinas: busca recipientes herméticos, ponlos fuera del alcance de niños y mascotas, y apaga la calorina, ya que la humedad y el calor aceleran el deterioro de los fármacos. Y si tienes preguntas sobre un medicamento caducado y sus efectos, pregunta siempre en tu farmacia. Ellos saben más de lo que parece y están acostumbrados a responder dudas así.

Si te apetece ser aún más responsable, tienes algunas ideas útiles:

  • No compres más cantidad de medicamentos de la que necesitas
  • Sigue las pautas exactas que te da tu médico o farmacéutico
  • Evita guardar antibióticos "por si acaso"
  • Pide a tu centro de salud alternativas de dosis ajustadas

Y lo más importante: medicamentos caducados nunca van a la basura. Si todos cumpliéramos esta regla básica, el efecto ambiental sería enorme. Así lo apunta un informe de la Agencia Española del Medicamento, que señala que, de seguir la tendencia de recogida, en 2030 podríamos reducir a la mitad la contaminación farmacéutica en ríos respecto a 2020.

El impacto real del correcto reciclaje

El impacto real del correcto reciclaje

Puede parecer que el gesto individual apenas cuenta, pero sumando a toda la población es un salto brutal. Pongamos cifras: según SIGRE, cada envase bien recogido evita que hasta 13 litros de agua puedan contaminarse con residuos peligrosos. Imagina eso multiplicado por millones de personas—es una diferencia radical para peces, ranas, aves… y para nosotros mismos.

Hay más: los residuos que llegan al SIGRE se destruyen en plantas autorizadas, con un sistema de trazabilidad que impide escapes y garantiza que no se aprovechen para otros usos. Esta destrucción se realiza en condiciones controladas, lo que evita emisiones tóxicas. Los envases, además, se reciclan en la medida de lo posible, siguiendo la normativa europea más exigente.

Un reto creciente son los fármacos biológicos y hormonales. Por ejemplo, estrógenos y ciertos tratamientos contra el cáncer persisten en el agua durante años. El control de residuos médicos es todavía mejorable, pero, según la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas, el sistema español es referencia mundial. Otros países, como Alemania o Noruega, están implementando protocolos inspirados en el SIGRE, aunque los resultados aún son desiguales.

Tenemos las herramientas a mano, solo falta usar el sentido común. Es como cuando reciclas botellas o eliges productos sin plásticos: no es una cuestión de moda, es supervivencia para todos. Incluso pequeños hospitales y veterinarias ya cuentan con circuitos de retirada de fármacos seguros, algo que hace solo una década era impensable.

La clave está en ser constante y recordar que ese pequeño gesto cuenta. En temas de salud y medio ambiente, más vale prevenir que curar. Así que la próxima vez que encuentres una caja de ibuprofeno olvidada, recicla como sabes. Tu ciudad y tus ríos te lo van a agradecer.

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Comentarios


Sawsan Werfelli
Sawsan Werfelli

En serio, lo que más me preocupa es qué están haciendo con estos medicamentos caducados. Porque uno siempre piensa que tirarlos a la basura está bien, pero ¿y luego? Seguro que terminan en vertederos sin ningún control y contaminando todo. Eso sin contar que muchas empresas farmacéuticas esconden datos sobre el impacto ambiental de sus productos.

Además, este tema debería ser más público. Me parece un drama que nadie explique bien cómo desecharlos sin que los venenos esos acaben en nuestros ríos o incluso en la cadena alimenticia. Hay una gran conspiración alrededor del silencio de esto.

¿Alguien sabe si en sus países hay campañas o centros especializados para hacer una correcta eliminación? Estoy convencida de que no todo lo que nos dicen es la verdad total.

julio 17, 2025

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