Beber 150 onzas de agua al día suena como algo de superhumano. Son casi 4.4 litros. ¿Es eso saludable? ¿O es un mito que circula en redes sociales, inspirado por influencers que prometen pérdida de peso, piel perfecta y energía infinita? La respuesta no es ni sí ni no. Depende de quién seas, dónde vivas y qué estés haciendo todo el día.
¿Cuánta agua necesitas realmente?
La recomendación clásica de 8 vasos al día (unos 2 litros) nunca fue un estándar científico. Fue una simplificación que se popularizó en los años 50. Hoy, la Organización Mundial de la Salud y la Academia Nacional de Medicina de EE.UU. dicen que la ingesta adecuada varía mucho. Para hombres adultos, el total de agua (de bebidas y alimentos) es de unos 3.7 litros al día. Para mujeres, alrededor de 2.7 litros. Eso incluye el agua que comes en frutas, verduras, sopas y hasta el café.
Entonces, si bebes 150 onzas (4.4 litros) solo como líquido, estás superando lo recomendado. ¿Y eso está mal? No necesariamente. Pero sí es peligroso si lo haces sin entender cómo funciona tu cuerpo.
El riesgo real: hiponatremia
Beber demasiada agua en poco tiempo puede ser mortal. Se llama hiponatremia. Ocurre cuando el sodio en tu sangre se diluye demasiado. Tus células empiezan a hincharse, incluyendo las del cerebro. Los síntomas empiezan con náuseas, dolor de cabeza y confusión. Si no se detiene, puede causar convulsiones, coma e incluso muerte.
Esto no es teoría. En 2007, una mujer de 28 años murió tras participar en un concurso de bebida de agua en California. Bebió casi 5 litros en menos de tres horas. En 2015, un soldado del ejército británico murió tras beber 7 litros de agua en unas horas durante un entrenamiento. Estos casos son raros, pero suceden. Y no necesitas ser un atleta extremo para correr ese riesgo.
¿Quién podría necesitar 150 onzas?
Algunas personas sí necesitan mucha más agua. Por ejemplo:
- Personas que trabajan en entornos muy calurosos, como hornos o al aire libre en verano.
- Atletas de resistencia que corren maratones o hacen triatlones de larga duración.
- Personas con ciertas condiciones médicas, como cálculos renales recurrentes (a veces los médicos recomiendan hasta 3-4 litros diarios).
- Quienes toman medicamentos que aumentan la pérdida de agua, como diuréticos.
Si eres uno de ellos, tu médico te dirá cuánto debes beber. No lo adivines. No lo sigas por una tendencia de TikTok.
¿Cómo sabes si estás bien hidratado?
No necesitas medir cada gota. Tu cuerpo te da señales claras:
- Color de la orina: Si es amarillo pálido, estás bien. Si es transparente como agua, podrías estar bebiendo demasiado. Si es oscuro como cerveza, necesitas más.
- Sed: Si tienes sed, ya estás un poco deshidratado. Pero si no sientes sed, no fuerces el agua.
- Urineo frecuente: Ir al baño cada 2-3 horas es normal. Cada 30 minutos, no.
- Estado de ánimo y energía: La deshidratación leve causa fatiga, irritabilidad y dificultad para concentrarte. Pero beber más de lo necesario no te da más energía.
La clave está en escuchar. No en seguir reglas rígidas.
El mito del agua como “limpiadora”
Muchos creen que beber mucha agua “desintoxica” el cuerpo. No es cierto. Tus riñones ya hacen ese trabajo. No necesitas forzarlos. Beber más agua no elimina más toxinas. Solo te hace orinar más. Y si lo haces en exceso, estás poniendo presión innecesaria sobre tus órganos.
La idea de que el agua limpia la piel o quema grasa también es falsa. Puedes beber 5 litros al día y seguir teniendo acné o sobrepeso. La piel se hidrata desde dentro, sí, pero con una ingesta equilibrada, no masiva. La pérdida de peso por beber agua viene de reemplazar bebidas azucaradas, no por la cantidad de agua en sí.
¿Qué pasa si eres sedentario y bebes 150 onzas?
Si pasas el día sentado en una oficina, mirando pantallas, y de repente empiezas a beber 4.4 litros de agua, probablemente te sentirás mal. Irás al baño cada hora. Te despertarás por la noche. Te sentirás hinchado. Podrías tener dolores de cabeza por el desequilibrio de electrolitos. Y lo peor: tu cuerpo aprenderá a ignorar sus propias señales de sed.
Esto es especialmente peligroso en personas mayores. Con la edad, la sensación de sed disminuye. Si fuerzas el agua sin necesidad, el riesgo de hiponatremia aumenta. En España, donde los veranos pueden ser intensos, muchos ancianos beben agua por “obligación” y no por hambre de líquido. Eso es un error.
La verdad sobre los vasos de plástico duro y el agua
Si estás bebiendo 150 onzas al día, probablemente lo haces con vasos de plástico duro. ¿Sabías que muchos de esos vasos, especialmente los de polycarbonato, pueden liberar bisfenol A (BPA) si se calientan o se usan mucho? No es un problema si los usas solo con agua fría y los reemplazas cada 6-12 meses. Pero si los llenas con agua caliente, los dejas al sol o los lavas con agua muy caliente, el plástico puede degradarse y liberar compuestos que afectan el sistema hormonal.
Si quieres beber mucha agua, usa botellas de acero inoxidable o vidrio. Son más seguras, duran más y no contaminan. Además, son más fáciles de limpiar. No necesitas un vaso de plástico para beber 4 litros. Solo necesitas una botella grande y una rutina.
¿Cuánto agua deberías beber? Una regla simple
No necesitas una calculadora. Usa esta regla práctica:
- Bebe cuando tengas sed.
- Si haces ejercicio intenso o estás en calor, bebe un vaso extra por cada 30 minutos de actividad.
- Si tu orina es amarillo pálido, estás bien.
- Si te sientes hinchado, con dolores de cabeza o tienes que orinar cada 20 minutos, reduce la cantidad.
Para la mayoría de los adultos sanos, entre 2 y 3 litros al día es suficiente. Eso incluye el agua de la comida. Si comes frutas, verduras, yogur, sopa, no necesitas llenar un bidón de agua.
¿Y si quieres beber más por salud?
Si quieres aumentar tu ingesta de agua por salud, hazlo con inteligencia. No de golpe. Añade 250 ml extra cada 3 días. Observa cómo te sientes. No te compares con nadie. No sigas lo que hacen los influencers. Tu cuerpo es único. Lo que funciona para una persona puede ser dañino para otra.
La hidratación no es una competencia. Es un equilibrio. No más, no menos. Solo lo necesario.
Conclusión: Escucha a tu cuerpo, no a las redes
Beber 150 onzas de agua al día no es un logro. Es un riesgo si no lo necesitas. Tu cuerpo no está diseñado para procesar cantidades masivas de agua de forma constante. La salud no se mide en litros. Se mide en cómo te sientes, cómo duermes, cómo piensas y cómo funciona tu cuerpo sin forzarlo.
Si estás bien hidratado, no necesitas más. Si no lo estás, empieza con 1 litro extra al día, no con 4.4. Y si tienes dudas, consulta a un profesional. No a un video de YouTube.
¿Es peligroso beber 150 onzas de agua al día si no hago ejercicio?
Sí, puede serlo. Si no sudas mucho, no estás en un clima extremo y no tienes condiciones médicas que lo requieran, beber esa cantidad puede diluir el sodio en tu sangre, causando hiponatremia. Los síntomas incluyen mareos, náuseas, confusión y, en casos graves, convulsiones. Tu cuerpo no necesita tanto agua si no la pierdes.
¿El agua embotellada en vasos de plástico duro es segura?
Depende. Los vasos de plástico duro, especialmente los de policarbonato, pueden liberar bisfenol A (BPA) si se calientan, se exponen al sol o se lavan con agua muy caliente. Para uso diario con agua fría, son aceptables si se reemplazan cada 6-12 meses. Pero si bebes mucha agua, es mejor usar botellas de acero inoxidable o vidrio, que no liberan químicos y son más duraderas.
¿La sed es una señal confiable de deshidratación?
Sí, pero no es la primera señal. La sed aparece cuando ya has perdido alrededor del 1-2% de tu agua corporal. Eso significa que estás ligeramente deshidratado. Para prevenirlo, bebe agua regularmente, especialmente si estás activo o en calor. Pero no esperes a tener sed para beber. Tampoco bebas solo por miedo a estar deshidratado.
¿Beber mucha agua ayuda a perder peso?
Puede ayudar indirectamente. Beber agua antes de comer puede reducir el apetito. Reemplazar bebidas azucaradas por agua reduce calorías. Pero beber 4.4 litros de agua no te hará perder grasa. La pérdida de peso viene de una dieta equilibrada y actividad física, no de la cantidad de agua que bebes.
¿Qué color de orina es ideal?
El color ideal es amarillo pálido, como la paja clara. Si es transparente, podrías estar bebiendo demasiado. Si es oscuro, como cerveza clara o más, necesitas más agua. El color de la orina es el indicador más confiable y sencillo de tu nivel de hidratación.
¿Los niños o ancianos deben beber menos agua?
No necesitan menos agua, pero sí deben beber con más cuidado. Los ancianos pierden la sensación de sed y pueden beber poco sin darse cuenta. Los niños tienen un metabolismo más rápido y necesitan más agua por peso corporal. Pero ambos grupos son más vulnerables a la hiponatremia si beben en exceso. La clave es ofrecer agua con frecuencia, sin forzar.