Medicamentos seguros durante el embarazo: guía actualizada 2025
agosto 1, 2025 publicado por Maricruz Belmonte
¿Cuántas veces has sentido miedo de tomar hasta un simple analgésico estando embarazada? Ese miedo no es exagerado: las historias sobre medicamentos prohibidos y riesgos a los bebés vuelan de boca en boca, y la realidad es que muchos fármacos sí pueden causar problemas graves. Pero tampoco se trata de entrar en pánico: sí existen medicamentos compatibles con el embarazo y saber reconocerlos marca la diferencia entre la tranquilidad y la ansiedad constante. Vamos a ver lo que la evidencia de 2025 dice sobre este tema, con información real, práctica y actualizada.
¿Por qué algunos medicamentos son peligrosos en el embarazo?
Durante el embarazo, una simple pastilla puede tener un efecto muy distinto en tu cuerpo. El feto es mucho más vulnerable que nosotros a cualquier sustancia: su hígado y riñones aún no pueden filtrar toxinas, y sus órganos están en pleno desarrollo. Por eso, algunos medicamentos pueden causar malformaciones, dañar el sistema nervioso o incluso interrumpir el embarazo. Esto quedó muy claro después de tragedias históricas, como la de la talidomida en los años 60, que provocó malformaciones en miles de bebés en todo el mundo.
La sensibilidad a los fármacos cambia según el trimestre. En las primeras 12 semanas (el primer trimestre) tu bebé forma los órganos principales, así que aquí los riesgos son máximos. Más adelante, el peligro sigue, sobre todo en medicamentos que atraviesan la placenta con facilidad. Toma nota: hasta un medicamento aparentemente inofensivo como un antiácido puede actuar de manera diferente si lo tomas cada día versus una sola vez.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) utiliza un sistema de categorías para clasificar los riesgos en embarazo: la A (seguro), B, C, D y X (prohibidísimos). Sin embargo, esto está cambiando y cada vez se exige información más detallada y personalizada debido a que las diferencias individuales (peso, genética, enfermedades previas) cambian la respuesta al fármaco.
Casi todos los antibióticos, ansiolíticos y antidepresivos necesitan ser revisados caso por caso. Ni siquiera los fitoterapéuticos y remedios naturales están exentos de peligro; de hecho, la falta de estudios específicos hace que muchas veces su uso sea incluso más incierto. Por eso, la regla de oro sigue siendo una: nunca, jamás te automediques en embarazo. No pongas en juego la salud de tu bebé por calmarte un dolor o un resfriado ligero.
- El 95% de las mujeres embarazadas consumen, al menos, un medicamento durante su embarazo, según datos de la European Medicines Agency.
- De media, una mujer en España recibe prescripción de entre 2 y 10 medicamentos durante la gestación.
medicamentos embarazo es la búsqueda más común en foros como Enfemenino o BabyCenter entre mujeres con dudas sobre su tratamiento médico.
Medicamentos que SÍ se pueden tomar en el embarazo
¿Una buena noticia? Sí existe una lista de medicamentos que pueden tomarse de forma segura durante el embarazo, bajo supervisión médica. Los médicos suelen recomendar solo lo estrictamente necesario. Para dolores o molestias ocasionales, el famoso paracetamol es el analgésico preferido: actúa rápido, no atraviesa la placenta en grandes cantidades y no daña al feto. Por supuesto, conviene no excederse con la dosis diaria marcada (máximo 3 gramos diarios).
Si tienes gripe o resfriado, la mayoría de antigripales están desaconsejados. Aun así, puedes recurrir a soluciones sencillas: suero fisiológico para la congestión nasal, caramelos de miel o limón para la garganta y, si hay fiebre, solo paracetamol. Evita la automedicación con descongestionantes, porque alteran la presión arterial y pueden afectar el flujo sanguíneo al útero.
Para infecciones bacterianas, algunos antibióticos como la amoxicilina o la cefalexina suelen estar permitidos. Pero olvídate de tetraciclinas, doxiciclina o quinolonas. En caso de infecciones por hongos, los expertos señalan que los óvulos de clotrimazol son los más seguros.
La acidez estomacal es casi inseparable del embarazo. Aquí los antiácidos simples (basados en hidróxido de magnesio o aluminio) pueden usarse puntualmente. Los bloqueadores de la H2 (como la ranitidina), aunque antes se usaban, en 2024 han caído en desuso por alertas de impurezas y posibles efectos secundarios a largo plazo. Mejor preguntarle al médico qué puedes tomar si tu acidez es persistente.
En la tabla siguiente puedes consultar una lista rápida de medicamentos y su compatibilidad durante el embarazo (consulta siempre a tu ginecóloga antes de tomar cualquier medicamento).
Medicamento | Indicación | ¿Permitido? | Observaciones |
---|---|---|---|
Paracetamol | Analgésico, fiebre | Sí | No exceder dosis y duración |
Ibuprofeno | Analgésico, inflamación | No | Riesgo alto en el tercer trimestre |
Amoxicilina | Antibiótico | Sí | Bajo receta |
Tetraciclina | Antibiótico | No | Riesgo de malformación dental |
Clotrimazol | Antifúngico | Sí | Local, no oral |
Aciclovir | Antiviral | Con precaución | Solo en casos estrictos |
Hierro | Anemia | Sí | Bajo supervisión |
¿Qué hay de los suplementos? El ácido fólico no es negociable si planeas embarazo o en las primeras semanas, porque previene defectos del tubo neural. También es común que te receten hierro y a veces yodo, en función de tus datos analíticos. Si eres vegana o no expones mucho tu piel al sol, tu ginecóloga puede pautar vitamina B12 o vitamina D, pero olvida los suplementos que no estén recetados o que prometen “embarazos más fáciles”.
Recuerda que, incluso con los medicamentos permitidos, la dosis y el tiempo son clave. Médicos expertos coinciden en que el criterio es “lo justo y necesario, por el menor tiempo y bajo vigilancia médica”.

Medicamentos y sustancias prohibidos o muy peligrosos
Ciertos medicamentos tienen una etiqueta roja cuando se trata de embarazo: jamás. Los conocidos como teratógenos son capaces de producir daños irreversibles en el embrión o el feto. Aquí entra la isotretinoína (normalmente para acné severo), la varfarina, la talidomida mencionada antes, algunos antihipertensivos como los inhibidores de la ECA y muchos anticonvulsivantes clásicos.
El ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroides (AINEs) son bastante comunes fuera del embarazo, pero dentro de él pueden causar problemas graves de circulación en el feto, daño renal e incluso parto prematuro, sobre todo en el tercer trimestre. Esto sorprende incluso a muchas madres primerizas, que lo ven tan “inofensivo” como el paracetamol.
De los psicofármacos, pocos son seguros. La mayoría atraviesa la barrera placentaria y puede modificar la salud mental del bebé a largo plazo, según estudios longitudinales. Solo en casos de depresión y ansiedad severa, la psiquiatra puede optar por antidepresivos de la familia ISRS (como sertralina o fluoxetina), valorando siempre si el riesgo de no tratar a la madre supera el riesgo para el bebé.
La lista de “noes” se amplía cuando hablamos de medicinas naturales o remedios caseros. Infusiones como el poleo menta, el té negro en grandes cantidades, el aloe vera oral, la ruda o el ginseng pueden provocar contracciones, hipertensión o incluso abortos, aunque a veces los blogs digan lo contrario. Es fácil caer en la trampa de lo “natural es seguro”, pero no es cierto: la seguridad depende de la sustancia, no de su origen.
No hay un listado cerrado, pero aquí van algunos medicamentos y sustancias a evitar a toda costa durante la gestación :
- Isotretinoína (para acné)
- Talidomida
- Warfarina (anticoagulante oral)
- Anticonvulsivos: fenitoína, ácido valproico, carbamazepina (salvo en casos seleccionados y bajo estricta supervisión)
- Metotrexato (usado en oncología y enfermedades autoinmunes)
- AINES: ibuprofeno, naproxeno, indometacina
- Inhibidores ECA y ARA II (para tensión alta)
- Alcohol y tabaco
- Cafeína por encima de 200 mg al día
- Hierbas sin evidencia de seguridad
En caso de necesitar tratamiento para una enfermedad crónica, lo más seguro suele ser acudir a una consulta preconcepcional para ajustar la medicación antes de buscar embarazo.
Consejos prácticos para tomar medicamentos durante el embarazo
Aquí no sirve el “yo me arreglo sola”: antes de tomar cualquier medicamento, consulta siempre con tu médico o matrona. Puedes anotar el nombre comercial y principio activo para facilitar la valoración. Es más eficiente consultar con tu especialista que arriesgarte a buscar por internet y acabar más confundida.
Hay maneras sencillas de asegurarte de que no cometes un error:
- Antes de quedar embarazada, pide revisión de tu medicación habitual (anticonceptivos, tratamientos crónicos, vitaminas, etc.).
- Pregunta siempre si hay alternativas seguras para cada medicamento que necesitas.
- Ojo con los medicamentos de venta libre: una simple pastilla para la acidez puede tener compuestos no recomendados.
- Conserva un registro actualizado de todos los medicamentos y suplementos que tomas, incluidas vitaminas y remedios naturales.
- Nunca dobles dosis ni prolongues tratamientos sin indicación médica.
- Bebe suficiente agua y mantén hábitos saludables para evitar recurrir a medicamentos cuando es posible (por ejemplo, dieta rica en fibra para el estreñimiento).
Si viajas a un país extranjero, lleva una lista de los medicamentos aprobados por tu médico. En muchos países, los nombres comerciales varían y puede ser difícil encontrar el equivalente correcto. No está de más preguntar en la farmacia por las alternativas específicas para embarazadas.
Muchos hospitales tienen consultas especializadas de obstetricia para mujeres con enfermedades crónicas, donde adaptan las pautas y hacen seguimiento más estrecho. Hoy en día, el acceso a información de calidad es más sencillo, pero la cantidad de bulos también ha crecido. Mantén la calma: tu equipo médico es el mejor aliado.

Preguntas frecuentes y mitos sobre fármacos en embarazo
Aunque el acceso a internet parece facilitar las cosas, la cantidad de consultas y mitos no deja de crecer. ¿Se puede tomar ibuprofeno en las primeras semanas si aún no sabes que estás embarazada? Los expertos dicen que una sola dosis no es trastorno, pero mejor dejarlo en cuanto te enteres.
Otro clásico: ¿la anestesia dental es peligrosa? En general, los anestésicos locales como la lidocaína están permitidos en las dosis habituales. Eso sí, informa siempre a tu dentista, ya que ciertos procedimientos (como las limpiezas profundas) pueden esperar a después del parto.
Sobre los antieméticos para las náuseas, existen fármacos seguros, como la doxilamina o el jengibre en dosis recomendadas, pero muchos compuestos antiguos quedaron descartados por sus efectos secundarios.
¿Y si tienes que tomar corticoides por una enfermedad autoinmune o una alergia grave? Hay corticoides permitidos en dosis bajas y pautas muy controladas. La clave es valorar, junto a tu médico, el riesgo real de cada caso concreto.
No te fíes de listas universales ni foros anónimos. La situación de cada embarazo es única. Existe una app gratuita llamada LacMed, avalada por organizaciones de neonatología, que te permite consultar la compatibilidad de medicamentos en embarazo y lactancia de manera rápida y segura.
Si alguna vez tomaste una medicación prohibida antes de saber que estabas embarazada, lo mejor es comentarlo con tu ginecóloga para valorar la situación. Muchas veces no hay motivo para alarmarse, pero sí conviene informar y, si es preciso, un seguimiento especial del desarrollo fetal mediante ecografías y pruebas adicionales.
Lo principal es informarse, no angustiarse. La medicina avanza rápido y cada vez hay más alternativas seguras. Y ante la duda, pregunta. Mejor una consulta extra que un riesgo innecesario para tu bebé.
medicamentos embarazo fármacos permitidos embarazo seguridad medicamentos embarazo embarazo y medicamentos salud prenatal